
Publicado: abril 24, 2025
La vida de Dominique McShain, una joven influencer neozelandesa, se apagó a los 21 años luego de una intensa lucha contra un cáncer de colon que avanzó con rapidez y sin tregua. Su historia, marcada por valentía, vulnerabilidad y un deseo genuino de crear conciencia, conmovió a miles de seguidores en redes sociales.
Dominique fue diagnosticada con este tipo de cáncer en mayo de 2024. Desde entonces, documentó cada paso de su tratamiento y su estado de salud a través de plataformas como TikTok e Instagram, donde acumulaba una comunidad que la acompañó hasta el final. Su caso fue especialmente impactante por la edad temprana en la que se le detectó la enfermedad, un fenómeno que los especialistas señalan como cada vez más común entre jóvenes adultos.
En sus publicaciones más recientes, la joven dejó claro que su prioridad era alertar a otros sobre síntomas que ella misma ignoró durante meses. Según relató en varias entrevistas, comenzó sintiendo un agotamiento persistente, tan fuerte que incluso después de dormir bien por las noches, necesitaba siestas durante el día. “Me sentía drenada, como si mi cuerpo estuviera apagándose poco a poco”, expresó en un emotivo video.
A esos síntomas se sumaron el estreñimiento, episodios de diarrea, dolor abdominal, pérdida de apetito y, más adelante, la presencia de sangre en las heces. Solo hasta entonces acudió al médico, momento en el que los exámenes revelaron un cáncer en fase avanzada.
El pasado 6 de abril, McShain publicó un mensaje que conmocionó a sus seguidores: los médicos le habían dicho que le quedaban “días o semanas de vida”. Lejos de dejarse vencer por el miedo, compartió un mensaje lleno de gratitud: “Puede que mi vida haya sido corta, pero la exprimí al máximo. Tuve una familia que me amó incondicionalmente, amigos que harían lo que fuera por mí y un esposo maravilloso, Sean, que fue mi apoyo desde el primer día”.
Dominique estudiaba Psicología Clínica antes de que el cáncer la obligara a abandonar sus estudios. Aun así, utilizó sus redes como una herramienta de apoyo emocional y educación para otros jóvenes que podrían estar viviendo algo similar sin saberlo.
Su fallecimiento ocurrió el miércoles 23 de abril. En sus últimos videos, sus seguidores notaron un marcado color amarillo en su piel y ojos, causado por una falla hepática que terminó por arrebatarle la vida.
Hoy, su legado no solo vive en los miles de mensajes de apoyo que recibió, sino en las advertencias que dejó. En sus propias palabras: “Quería hacer la diferencia, aunque sea ayudando a una sola persona a detectar su enfermedad a tiempo”.
Su historia nos deja una lección urgente: escuchar al cuerpo, actuar ante los cambios y romper el mito de que el cáncer de colon solo afecta a personas mayores.